Martha Daniela Guerrero
El 9 de enero la ciudad de Nueva York se convirtió en el municipio más grande en permitir el voto a los no ciudadanos, concediendo a unos 808,000 residentes legales sin ciudadanía estadounidense el derecho a participar en elecciones locales, incluidos titulares de green cards, personas con permisos de trabajo y beneficiarios de DACA.
Restaurando el derecho al voto de residentes nacidos en el extranjero, esta histórica decisión permitirá el voto en las elecciones para alcalde, concejales, contralor, defensor público y líderes de los cinco distritos de la ciudad. John Mollenkopf, profesor de ciencias políticas de la City University of New York, dijo que los mayores grupos de potenciales electores serán de China, la República Dominicana y naciones caribeñas como Haití y Jamaica.
“El Ayuntamiento de Nueva York está haciendo historia,” dijo el impulsor del proyecto de ley y ex concejal Ydanis Rodríguez, un migrante y ciudadano naturalizado de la República Dominicana que desde entonces ha sido nominado por el alcalde Eric Adams para servir como comisionado de transporte.”Hay mucha gente en Texas y en otros lugares que quiere hacer retroceder a nuestra sociedad. La ciudad de Nueva York debe ser vista como un ejemplo a seguir por otras ciudades progresistas.”
Con 14 jurisdicciones en Estados Unidos que ya permiten a los no ciudadanos votar en elecciones locales, sobre todo en Maryland y Vermont, la ciudad de Nueva York es ahora el municipio más grande del país en ampliar el derecho de voto a residentes nacidos en el extranjero.
Tras varios contratiempos, la nueva ley incorporará a residentes sin ciudadanía en edad de votar al electorado neoyorquino de 5.6 millones. Para registrarse, los votantes deben haber vivido en la ciudad de Nueva York durante al menos 30 días, el mismo requisito que para los votantes ciudadanos, así como disponer de un permiso de trabajo.
“En un momento en el que algunos estados están restringiendo el derecho al voto y en el que la nación se enfrenta a cuestiones sobre la naturaleza de su identidad y propósito, la ciudad de Nueva York envía un poderoso mensaje al ampliar el derecho al voto a migrantes en calidad de miembros plenos de la comunidad,” dijo Ron Hayduk, experto en derecho al voto de la Universidad Estatal de San Francisco.
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Durante la votación del Ayuntamiento, que se saldó con 33 votos a favor, 14 en contra y 2 abstenciones, los legisladores recordaron sus propias raíces como descendientes de comunidades procedentes de África, América Latina, Asia y Europa Oriental y Occidental.
La ley recibió fuerte apoyo por parte de miembros del consejo con historias de migración, incluyendo a Francisco Moya, un miembro ecuatoriano-americano cuya madre migrante ahora podrá votar, Carlos Menchaca, el primer funcionario electo mexicano-americano del estado y Margaret Chin, quien es originaria de Hong Kong.
“Los migrantes pagan impuestos, utilizan los servicios de la ciudad, sus hijos van a nuestras escuelas públicas,” dijo el Vocero del Consejo Corey Johnson. “Forman parte de nuestra comunidad. Y merecen tener voz y voto en el gobierno local.”
Aunque opositores prometieron desafiar la expansión electoral de Nueva York, la cual fue aprobada por el Consejo de la Ciudad a principios de diciembre, el alcalde Adams recientemente permitió que el proyecto de votación se convirtiera en ley el 9 de enero.
“Creo que los neoyorquinos deben tener voz y voto en su gobierno, por lo que he apoyado y seguiré apoyando esta importante legislación,” dijo Adams en un comunicado. “Estoy ilusionado por incorporar a millones de personas más al proceso democrático.”
Antes de la aprobación final de la ley, Adams había despertado la incertidumbre sobre el futuro de la legislación después de que el alcalde expresara su preocupación por la norma de residencia de 30 días. Mientras persistían dudas sobre si Adams vetaría la ley, el plazo de 1 mes expiró, transformando la posibilidad del voto de neoyorquinos no ciudadanos en una realidad para las próximas elecciones locales de la ciudad en 2023.
Mientras muchos legisladores, activistas y residentes celebraban esta victoria, el Comité Nacional Republicano de Nueva York demandó al alcalde, al Consejo de la Ciudad y a la Junta Electoral, impugnando la ley por considerarla “inconstitucional.”
“Las elecciones estadounidenses deben ser decididas por ciudadanos estadounidenses”, escribió la presidenta del RNC, Ronna McDaniel, sumándose a distintos representantes republicanos que han impulsado argumentos etno-nacionalistas y xenófobos contra la nueva ley. Sin embargo, diferentes expertos han dicho que existen precedentes legítimos detrás de esta ampliación.
Varios abogados, expertos electorales e historiadores han defendido la legalidad de la medida de Nueva York, considerando que residentes sin ciudadanía han votado intermitentemente en la ciudad y en el país durante más de 200 años, comenzando en 1700 y de manera acelerada después de la Guerra Civil, cuando la mayoría de los residentes adultos de la ciudad procedían de naciones europeas, como Irlanda, Italia y Alemania.
Además, la ciudad de Nueva York fue el primer municipio que permitió a no ciudadanos votar en elecciones de las juntas escolares en 1968, derechos que duraron hasta 2003 cuando la ciudad abolió los consejos escolares y transfirió poder a la oficina de la alcaldía.
Legisladores en Washington D.C. e Illinois están debatiendo actualmente medidas que también permitirían a residentes sin ciudadanía votar en elecciones locales. Mientras tanto, algunos estados se han movilizado para prohibir explícitamente que no ciudadanos voten en cualquier elección, incluyendo Alabama, Arizona, Colorado, Florida y Dakota del Norte.
En medio de los actuales ataques al derecho de voto en todo el país, Nueva York sirve como un poderoso recordatorio de las posibilidades que ofrece un electorado más amplio. Hoy, la ciudad reconoce las importantes contribuciones y participaciones de muchos de sus residentes.
Mientras varios estados restringen el voto, Nueva York ha decidido fortalecer las voces de cientos de miles de neoyorquinos nacidos en el extranjero.
New York City Becomes the Country’s Largest Municipality Allowing Noncitizens to Vote
Martha Daniela Guerrero
On January 9, New York City became the largest municipality allowing noncitizens to vote, granting around 808,000 legal residents who are not U.S. citizens the right to participate in local elections, including green-card holders, individuals with work permits, and DACA recipients.
Restoring voting rights to New York City’s foreign-born, this historic move will give noncitizens a voice across key elective offices, including mayor, city council members, comptroller, public advocate, and the leaders of the city’s five boroughs. John Mollenkopf, a political science professor at the City University of New York, said that the largest groups of potential electors will be from China, the Dominican Republic, and Caribbean nations such as Haiti and Jamaica.
“New York City Council is making history,” said bill sponsor and former council member Ydanis Rodriguez, an immigrant and naturalized citizen from the Dominican Republic who has since been nominated by Mayor Eric Adams to serve as transportation commissioner. “There are so many people in Texas and other places that want to push our society back. New York City must be seen as a shining example for other progressive cities to follow.”
With 14 jurisdictions across the U.S. already allowing noncitizens to cast ballots in local elections, mostly in Maryland and Vermont, New York City is now the nation’s largest municipality to expand voting rights to foreign-born residents.
Having prevailed after several setbacks, the new law is set to incorporate voting-age noncitizens into the city’s 5.6-million electorate. To register, voters must have lived in New York City for at least 30 days, the same requirement applied to citizens, and have a work permit.
“At a time when some states are restricting voting rights and when the nation grapples with questions about the nature of its identity and purpose, New York City sends a powerful message by expanding voting rights to immigrants as full members of the community,” said Ron Hayduk, a voting rights scholar at San Francisco State University.
During the City Council’s vote, which resulted in 33 in favor, 14 against, and 2 abstentions, legislators recalled their own roots as descendants from communities across Africa, Latin America, Eastern and Western Europe, and Asia.
The bill had strong support from council members with migration histories, including Francisco Moya, an Ecuadorian American member whose immigrant mother can now vote, Carlos Menchaca, the state’s first Mexican American elected official, and Margaret Chin, who is originally from Hong Kong.
“Immigrants pay taxes, they use city services, their kids go to our public schools,” said City Council Speaker Corey Johnson. “They are part of our community. And they deserve a say in local government.”
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While opponents vowed to challenge New York’s electoral expansion, which the City Council approved in early December, Mayor Adams recently allowed the voting bill to become law on January 9th.
“I believe that New Yorkers should have a say in their government, which is why I have and will continue to support this important legislation,” Adams said in a statement. “I look forward to bringing millions more into the democratic process.”
Previous to the law’s final passage, Adams had sparked uncertainty over the legislation’s future after the mayor raised concerns regarding the 30-day residency standard. As questions on whether Adams would veto the bill lingered, the 1-month time limit expired, transforming the possibility of noncitizen New Yorkers voting into a reality for the city’s next local elections in 2023.
As many legislators, activists, and residents celebrated, New York’s Republican National Committee recently filed a lawsuit against the mayor, City Council, and the city Board of Elections, challenging the law as “unconstitutional.”
“American elections should be decided by American citizens,” wrote RNC chairwoman Ronna McDaniel, joining various Republicans who have promoted ethno-nationalist and xenophobic arguments against the new law. However, different experts have said that there are legitimate precedents behind this expansion.
Various lawyers, electoral experts, and historians have argued for the legality of New York’s move, considering noncitizens have intermittently voted in the city and the country for more than 200 years, beginning in the 1700s and accelerating after the Civil War, when the majority of the city’s adult residents came from European nations, such as Ireland, Italy, and Germany.
Additionally, New York City was the first municipality to allow noncitizens to vote in school board elections back in 1968. These rights lasted up until 2003, when the city abolished school boards and transferred power to the mayor.
Lawmakers in Washington, D.C. and Illinois are currently debating measures that would also allow noncitizens to vote in local elections. Meanwhile, some states have moved to explicitly ban noncitizens from voting in any elections, including Alabama, Arizona, Colorado, Florida, and North Dakota.
Amid the current attacks on voting rights nationwide, New York served as a powerful reminder of the possibilities behind an expanded electorate, reminding many of the significant contributions and participations by noncitizens.
As many states constrain the vote, NYC has chosen to strengthen the voices of hundreds of thousands foreign-born New Yorkers.
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