Al empezar cualquier régimen alimenticio, lo más común es eliminar los productos con más porcentaje de grasa o de índice calórico, los quesos figuran muchas veces en la lista de alimentos “prohibidos”, sin embargo, está comprobado que para perder peso lo mejor será el equilibrio e incluir todos los alimentos pero en porciones adecuadas.
En el proceso de elaboración del queso, los principales componentes de la leche se concentran, en las etapas de elaboración, en un primer momento, se separa el suero de la cuajada y, con esta última, se elabora el queso. El tiempo y las condiciones en las que se deje curar este producto determinarán qué tipo de queso es.
Este es el motivo por el que los quesos que maduran mucho tiempo perderán más cantidad de agua, y las proteínas, grasas y carbohidratos aumentarán, por eso los quesos curados, o que mayor tiempo de conservación tienen son los que más calorías contienen.
Contrario a esto, los quesos que menos grasa tienen son los que han tienen procesos de conserva más corta o simplemente no han sido curados.
Panela: saludable y delicioso
Es una opción clásica entre los más bajos en grasa, se le considera un queso fresco, porque no se somete a ningún proceso de maduración. También es buena opción para personas hipertensas, porque contiene poco sodio y calorías, comparado con otros quesos. Puede complementar el desayuno o colaciones ligeras en ensaladas o como proteína.
Requesón: el más nutritivo
Esta es una opción fresca, ideal para época de primavera o verano. El requesón se elabora con suero, se somete a este líquido a un proceso de fermentación con la bacteria lactobacillus y después se calienta hasta conseguir su característica textura.
Solo contiene un 4 por ciento de grasas, poco más que las que presenta la leche. Sin embargo, es muy alto en proteína, a diferencia de otros pasa de un 3 por ciento a casi un 14 por ciento en proteína. Destaca el contenido en vitamina B12. De hecho, una sola ración de requesón aporta casi un tercio de las necesidades diarias de este componente.
Mozzarella: más energía que grasa
Solo contiene un 16 por ciento de grasa y su valor energético ronda entre las 280 y las 300 calorías por cada 100 gramos de producto, el 60 por ciento de su composición es agua, y destaca en su composición minerales como el calcio, el fósforo y el selenio, y la presencia de vitaminas del grupo B y A.
Cottage: la opción más ligera
Se trata de un queso de tipo fresco, pero con una textura untuosa. Es uno de los que menos calorías presenta: 236 por cada 100 gramos, la proporción de grasas en este queso es de solo un 18 por ciento.
Destaca por ser un queso con un contenido muy escaso de colesterol, es ideal para combinar con fruta o algún pan tostado bajo en calorías.
Quesos: siempre equilibrar su consumo
Siempre que sea de forma equilibrada, comer queso puede tener beneficios para la salud, un reciente estudio elaborado por The Lancet, elaborado en 2018, entre 21 países, explica que “el consumo de lácteos se asoció con un menor riesgo de mortalidad y eventos importantes de enfermedad cardiovascular”.
Pero ¿cuánto es la porción ideal? Los especialistas coinciden en que unos 40 gramos al día, es lo ideal y también puede promover mejoras en la salud, como reducir la incidencia de hipertensión y de diabetes, principalmente los quesos bajos en grasa.
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