Ofrecen 600 camellos por joven turista en Israel

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Bernardita Pavani es una mujer argentina de 26 años que a través de su cuenta de Twitter compartió una experiencia de choque cultural que vivió hace ocho años en Israel.

Resulta que la protagonista y sus padres se consideran febriles creyentes católicos, así que era recurrente que tomaran tours para “pisar los caminos que transitó Jesucristo” y conocer la cultura católica, musulmana y judía.

En 2014 viajaron a Israel, visitaron un pequeño mercado ubicado en Jerusalén, en el día libre que tenían de la excursión.  

En un momento el padre se separó de su hija y esposa, quedaron solas en una parte del concurrido mercado.

La hija empieza a sentir una mirada pesada por parte de un comerciante, pero no se le hizo extraño ya que era “normal” que los hombres miraran a las mujeres sin ninguna clase de filtro.

De repente el comerciante se acerca demasiado, la toma por el brazo y la empieza a zangolotear gritándole frases en inglés como “te doy 100 camellos por ella”, “te doy 200 camellos por ella” a su madre, pero como no entendía el idioma, la mujer simplemente se mantuvo en silencio.

Esto alebresto aún más al comerciante y aumento su oferta hasta llegar a los 600 camellos a cambio de su hija, la madre empezó a preocuparse por la situación y le pregunto a su hija, quien si entendía el idioma, que estaba pasando.

Bernardita Pavani contestó: “mamá te están ofreciendo 600 camellos a cambio de mi”.

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El incomodó momento terminó cuando el padre regresó y contestó a la oferta del comerciante con un rotundo ¡NO!

La protagonista de la historia expresó haberse sentido traumatizada con la situación, ya que prácticamente la cosificaron, la querían intercambiar en un trueque matrimonial con un hombre de 50 años, cuando ella tenía 17.

Con una muestra de criterio y madures compartió que no siente rechazo por el país pues entiende que se trató de un choque cultural entre el mundo occidental y el oriental.

También ha reflexionado y pensado que tal vez se trató de una broma de un comerciante que únicamente querían “enganchar” a sus clientes.

Lo que es seguro es que la cultura no es algo solo territorial ya que el “trueque” o “dote” es común en otros países como Egipto.

MGG