El compromiso social y económico de las empresas con la sociedad se ha incrementado de diversas formas, impulsando múltiples beneficios, este factor creció aún más tras la pandemia, con un impacto positivo que toca diversas economías, desde la más pequeña hasta la más grande.
De esta forma, cuando una empresa acciona toda su cadena de valor, genera beneficios directos e indirectos creando oportunidades laborales en su entorno, lo más importante: favorecen un mayor crecimiento económico.
Los datos son claros: de cada 100 pesos que se invierten, 86 provienen de la iniciativa privada, no importa el giro empresarial, todo aporta al ecosistema económico en torno a la actividad de una empresa, que beneficia desde el tamalero que vende por las mañanas en zonas cercanas a las oficinas, hasta los gerentes de una firma que planean una nueva estrategia.
México es un campo fértil de Pymes, según datos del INEGI, estas constituyen el 97 por ciento del total de las empresas, estas generan empleo en poco más de un 79 por ciento de la población e ingresos equivalentes al 23 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo anterior es una clara señal de que su cadena de valor es la base de la economía mexicana.
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Derivado de estas cadenas de valor, el trabajo de la población femenina aporta a la economía cerca de 60 mil millones de pesos diariamente, de acuerdo con datos difundidos por la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE).
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La producción activa de las empresas, sus modelos y estrategias permean en las nuevas economías creadas tanto en el sector formal e informal, ejemplo de esto es el mercado laboral conformado por las “Nenis”, quienes generan hasta nueve millones 500 mil pesos todos los días, y mantienen al menos a 13 millones de familias.
Los productos que ofertan, desde Toppers, enseres domésticos, productos de belleza, ropa, juguetes, entre muchos más, primero formaron parte de un ciclo productivo derivado de empresas que también supieron identificar nuevas necesidades y desafíos en época de pandemia, y fueron las “Nenis” quienes supieron aprovecharlo.
“Nenis”, eslabón de cadena productiva
Uno de los hogares encabezado por un “Neni”, es el de Julieta, de 39 años y madre soltera. Era comerciante de una pequeña empresa de belleza, y su fuente de ingresos fue uno de los 1.6 millones que cerraron en la época más dura de la pandemia.
Cuando los ahorros de Julieta se acabaron, decidió vender escobas, jergas y trapeadores por redes sociales, supo mantener su nuevo negocio en línea, que incluso creció al incluir la venta de cubrebocas, estos ingresos le permiten ahora pagar renta, comidas, incluso salir de vacaciones, cuando las ventas son buenas.
Sus logros se deben en gran parte, a que, como miles de “Nenis”, acude directamente con proveedores empresariales a obtener mejores precios para ajustar sus ganancias, aunque las ventas son en línea, el impacto de las cadenas de valor de las empresas también aglutina este tipo de sectores.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que reporta poco más de 65 millones de mujeres en el mercado laboral, de las cuales solo 22 millones tienen un empleo fijo y formal, de esta forma las mujeres son protagónicas en las ventas en línea, la pandemia dejó claro que el futuro del comercio se encuentra en las redes sociales.
Y hoy en día hay una nueva tendencia que está dando relevancia a las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) es TikTok, aplicación líder en este rubro y donde también llega todo el impacto de las cadenas de valor empresarial mexicanas.
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Son precisamente las “Nenis” quienes ya crearon Nenis App, plataforma que busca ser una alternativa segura para las vendedoras que ofertan sus productos por redes sociales e internet, las empresas también figuran en esta nueva aplicación como puntos seguros de entrega de productos.
Las cadenas de valor de las empresas, fortalecen todo tipo de sectores, promueven un compromiso social más cercano con los consumidores, pero principalmente, son eje económico de México en un momento de incertidumbre.
JGR