Existe una correlación entre una vida sedentaria y la demencia, esto según estudios realizados por la doctora Carmen Terrón, coordinadora de la Unidad de Deterioro Cognitivo y Demencias del Hospital Nuestra Señora del Rosario, y María Manzano Palomo, neuróloga del Hospital Infanta Leonor de Madrid, España.
Se define a la demencia como la disminución de la función cognitiva, afectando directamente a la memoria y el aprendizaje.
Es una enfermedad crónico degenerativa e incurable, por lo cual, entre más avance el tiempo más se agrava el padecimiento.
Esto se debe a que el lóbulo temporal medial, que es la región del cerebro involucrada en la formación de nuevos recuerdos, sufre un adelgazamiento, deteriorando las fibras nerviosas.
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Según las especialistas se recomienda limitar el estado de inactividad física a únicamente dos horas al día; después de un período de inactividad romperlo con 30 minutos de actividad física; realizar dos horas de ejercicio diarias.
Además mencionó que realizar actividad física en una edad avanzada o con el diagnóstico de demencia positivo, no mejora la condición de salud, ni quita los años de sedentarismo anteriores.
Actualmente existen 12 factores de riesgo que tiene 40 por ciento de influencia para padecer demencia, los cuales son:
- Nivel educativo.
- Pérdida de audición.
- Traumatismos craneoencefálicos.
- Hipertensión arterial.
- Poca actividad física.
- Diabetes.
- Alcoholismo.
- Obesidad.
- Tabaquismo.
- Depresión.
- Socialización.
- Contaminación medioambiental.
El promedio de vida de una persona diagnosticada con demencia es de 11 años a partir de ser diagnosticado.
Los hábitos y estilo de vida de las personas repercuten directamente en su calidad de vida, ya que llevar una vida saludable y activa implica menor riesgo de padecer enfermedades o de sufrir un envejecimiento prematuro.
MGG