Es muy común encontrar taquitos para todos los gustos y paladares como lo son los tradicionales de pastor, suadero, bistec, cabeza y tripas. Estos últimos dividen opiniones, hay algunos a los que les desagrada su sabor y otros para los que es un verdadero manjar.
Aunque nos guste comer muchos taquitos en nuestro puesto favorito, sabemos que algunos estos no tienen las medidas de higiene necesarias o no sabemos realmente sí se limpió y preparó bien la tripa. Pero aquí te decimos cómo puedes limpiarla y prepararla, además te ahorras algunos pesos al hacerla tú mismo.
¿Cómo limpiarla adecuadamente?
En el Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana establece que la tripa puede recibir dos nombres diferentes; al intestino delgado se le llama tripa de leche, mientras que al grueso se le conoce como tripa gorda, con la primer se preparan los conocidos machitos y el segundo es el que se utiliza para tacos.
Ahora bien, antes de llegar a la preparación, es muy importante recordar que la tripa es un alimento muy delicado y necesita de una limpieza mayor para que no nos haga daño. El tiempo dependerá del proceso de cada persona y de la paciencia que se tenga. Para lavarla, se debe retirar primero una capa finita de piel que tiene en el exterior.
Como es muy delgadita es fácil de quitar, aunque un poco tedioso por la fragilidad, una vez que se encuentra se debe retirar de toda la tripa. Una vez quitada la pielecita, se tomará la tripa por ambos lados y, uno de estos extremos, se colocará directamente a una llave de agua a presión para limpiarla por dentro —simulando una manguera—.
Se estará moviendo para remover toda la suciedad por dentro hasta que deje de salir el agua sucia. Después de esto, se recomienda hervir la tripa en agua con sal, algunos prefieren agregar hierbas de olor para darle sabor a la tripa. Cuando las tripas estén cocidas, será el momento de picar y dorar muy bien.
¿Cómo quitar el olor?
A pocas personas les importa esto, pues al cocerla y manejarla para hacer los tacos u otro platillo, comienza a emanar un aroma característicos que, sin duda a nadie se le antojaría. Para esto, se recomienda, una vez limpia, dejarla remojar en leche durante 30 minutos. La leche ayudará a eliminar el olor fuerte, la ablandará y, por supuesto, dará un sabor extra.
Preparación diversa
Gracias a su sabor doradito y consistencia suavecita se ha podido agregar en diferentes platillos de la gastronomía mexicana, sin contar los tradicionales taquitos.
En algunas regiones del país se acostumbra a hacer “caldo de tripas”. Una vez que está limpio y cocido un kilo de tripa, se hace un caldo con cebolla picada, cilantro, jitomate molido, trocitos de papa y zanahoria, sal al gusto, pimienta, orégano y un diente de ajo.
Poco a poco se irán agregando las verduras, según su cocción junto al jitomate molido y las especias. Se dejará durante media hora y, posterior, se agregará el kilo de tripa en trocitos por unos minutos, mientras “libera” su sabor característico al caldo.
El siguiente platillo es un estofado de verduras con tripas como guarnición, parece un poco extraño el concepto, pero el resultado es delicioso. Se cortará, en cubitos, dos papas, un trocito de cebolla, una zanahoria y pimiento rojo, junto a 25 gramos de habas, chícharos, una taza de granos de maíz, un ajo picado, sal y pimienta al gusto.
En una olla se colocará agua hirviendo junto a las verduras, sazonar al gusto y esperar a que estén cocidas. Una vez terminado, se agregarán los trocitos de tripa y se esperará a que esté bien cocida. Finalmente, se revolverá para unir todos los ingredientes y se servirá.
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