Vas a sorprenderte con lo fácil que es hacer queso fresco casero. En unas horas lo tendrás listo para ser consumido, y, además, podrás compartirlo con toda tu familia.
El queso fresco es un gran aliado de las comidas veraniegas, por ligero, por adaptable y se lleva genial con la comida mexicana. Hay recetas que lo incluyen ya sea para aderezar chilaquiles, enchiladas o hasta para rellenar chiles, porque es un alimento sumamente versátil, que se ajusta a casi todo lo que queramos. Por esa razón es un aperitivo que sí o sí debes tener en tu cocina.
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¿Cómo se hace un queso fresco artesanal?
Afortunadamente la receta de hoy es muy económica y fácil de preparar, porque sólo necesitarás 2 sencillos ingredientes, así que date un tiempito para cocinar esta receta de queso fresco, que seguro te sorprenderá a ti y a tu familia.
Lo primero que tienes que saber es que el queso es el resultado de la maduración de leche animal cuajada, una vez eliminado su suero. Existen distintos tipos de queso, porque eso tiene qué ver con los métodos de elaboración, la madurez alcanzada y el tipo de leche, que normalmente tiende a ser leche de vaca, cabra, oveja, búfala, camella, mamíferos y rumiantes.
Las bacterias beneficiosas se encargan de acidificar la leche, y tienen también un papel importante en la definición de la textura y el sabor de la mayoría de los quesos.
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Para algunos quesos se cuaja la leche añadiéndole ácidos tales como vinagre o jugo de limón. Sin embargo, la mayoría se acidifican en grado menor gracias a las bacterias que se le añaden, que transforman los azúcares de la leche en ácido láctico, a lo que sigue la adición de cuajo para completar el proceso de cuajado. ¿Qué pasará con nuestra receta? Pues averígualo cuando te pongas ¡manos a la obra!
Ingredientes
- 25 ml de jugo de limón
- 750 ml de leche
¿Cómo se prepara?
- Pon a hervir la leche y cuando esto pase, agrega el jugo de limón.
- Con ayuda de una manta limpia, cuela la mezcla en un recipiente, para que se le salga toda el agua y se quede la masa blanquita.
- La manta con el residuo sólido, colócala en una cazuelita con tapa y refrigera por 6 horas.
- Cuando la textura esté un poco más sólida, quítale la manta de encima y pasa a un molde antiadherente y congela por unas 3 horas.
- Desmolda y deja que se descongele un poco.
- ¡Listo!
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LM
