La señora Florencia Morales Reyes, se niega a dejarse caer y se muestra fuerte como roble, pues a los 103 años continúa vendiendo sus preciadas carambolas, una fruta dulce de color amarillo que al cortarla forma una estrella.
Toda una vida rodeada de frutas y de flores, sumado a su fortaleza, la hacen levantarse para recorrer su jardín cubierto por el asfalto, colocar una silla en la banqueta de la avenida Coronel Gregorio Méndez Magaña, en Villahermosa, Tabasco, con una tabla a modo de mesa para vender carambolas y mangos.
Durante el día la mujer de figura frágil y pequeña invita a los transeúntes de la avenida, en los límites de las colonias Florida y Nueva Villahermosa, a comprarle un montoncito de su fruta a sólo 10 pesos.
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“Yo vendo esto”, explica en una entrevista para El Heraldo de Tabasco con voz apacible. “Vivo allá, es una cuartería”, indica mientras señala con su delicada mano un portón entreabierto, en el que se puede ver una mata de carambola.
Con rostro que muestra el paso del tiempo y con una lucidez al hablar, sonríe cuando comenta que fue madre de 4 hijos y que nietos tuvo muchos.
Una de sus hijas, Maribel Zurita Morales, aclaró al medio que la mujer de 103 años no se dedica de lleno a la venta de frutas, pero que ella misma es la que cosecha los frutos. “Ella tiene una matita de carambola, y la sacó a la banqueta para que esté distraída”, indicó.
La oriunda del municipio de Macuspana, tiene más de 70 años viviendo en Villahermosa y relató con notable nostalgia que su papá tenía “fincas grandes con ganado y con muchos árboles”, dejando ver que desde su niñez ha estado rodeada de frutos y naturaleza.
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De hecho doña Florencia contó que le gusta sembrar, pues toda su vida lo ha hecho y que durante en estos meses de pandemia por Covid-19, ha estado deprimida por el confinamiento, así que a manera de terapia la ayudan a salir a la banqueta y vender un poco de fruta.
Además de carambolas en su pequeño jardín tiene limón, mango, y papaya, además de algunas flores.
“Ella tenía su casa y terreno aquí, pero ya repartió a sus hijos, sólo le quedó ese pedazo en donde todavía siembra”, señaló su hija Maribel Zurita, quien aseguró que su madre no padece ninguna enfermedad.
“Como dice el geriatra, ya no hay nada que padecer a esa edad; ya no se les da medicamento”, agregó.
También, contó que estuvo casada con el señor Felipe Zurita Martinez, quien lamentablemente falleció hace 40 años, y a quien recuerda como “un señor de ojos azules!. -Era gachupín-, dice su hija.
Cabe mencionar que doña Florencia ya cuenta con sus dos dosis de vacuna Covid-19, y en lo que va de la pandemia no ha padecido ningún problema, salvo el confinamiento.
Con información e imágenes de El Heraldo de Tabasco…
AE