Las primeras horas del martes 28 de junio, un incendió dentro de la prisión de mediana seguridad de Tuluá, Colombia provocó la muerte de 51 personas y dejó al menos 24 heridos, entre presos y guardias de seguridad.
La primera versión que corrió fue de que los presos se habían amotinado para fugarse del penal.
Horas después el general Tito Castellanos, director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) sustituyó la versión por una que incluía una riña entre dos presos, donde uno de ellos se enojó a tal grado que le prendió fuego a su propia colchoneta, saliéndose de control el fuego.
Familiares de los presos fueron auxiliados por personal de seguridad quienes les brindaron las listas de las personas sobrevivientes.
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Según testigos las víctimas mortales pudieron haber sido mucho más, si no es por cuatro custodios de seguridad que se encargaron de mitigar el incendio en lo que los bomberos llegaron al sitio.
Estos cuatro guardias de seguridad actualmente se están debatiendo entre la vida y la muerte en el área intensiva del hospital.
Las autopsias realizadas a los cuerpos, revelaron que la mayoría murió por respirar el humo del fuego.
Actualmente la cárcel tiene una capacidad de 228 internos, pero alberga a 267.
MGG