Un guajolocombo (torta de tamal con un champurrado) es básico de la dieta de todos los chilangos godinez, mínimo una vez a la semana se desayuna este manjar que ayuda a los oficinistas a aguantar largas y estresantes jornadas de trabajo.
Conseguirlas en la Ciudad de México es muy fácil ya que prácticamente se encuentra un puestecito en cada esquina y por lo regular se consume como desayuno, ya que para la comida o cena puede resultar demasiado.
Pero ahora vamos a explorar las posibles teorías del porqué los citadinos le dicen “Guajolota” a un tamal dentro de un bolillo.
La primera teoría se remonta a Tulancingo Hidalgo, en donde cuenta la leyenda que unos empleados de ese entonces Luz y Fuerza, estaban haciendo trabajos en el alumbrado público en plena Navidad, evidentemente les dió hambre y se acercaron a un puesto ambulante donde vendía comida una señora.
Los trabajadores eran varios y la señora iba casi cerrando, pero le dio pena dejar sin su cena a esos hombres tan trabajadores así que se puso creativa y agrego una enchilada, si una enchilada (tortilla frita en salsa con queso, crema y alguna proteína) dentro de un bolillo y eso les dio como cena navideña.
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Esta idea les pareció genial a los trabajadores, quienes a su regreso a la Ciudad de México la replicaron pero con un tamal.
La segunda teoría apunta a su etimología, donde guajolota significa “huexolótl” que al traducirlo al español significa “gran monstruo”, haciendo referencia a que la guajolota es un platillo de inmensas proporciones y que está dedicado a hacer engordar.
Hasta la fecha se sigue debatiendo el origen de su nombre, lo que si no se puede debatir es su gran sabor y la creatividad que tienen los mexicanos para combinar recetas.
MGG