Aunque pasan los años, Pedro infante continúa como uno de los actores mexicanos más famosos y representativos de la época del cine de oro mexicano, por su voz, su carisma, humildad y cariño de la gente, y hoy 15 de abril se conmemora el 64 aniversario luctuoso del artista, quien falleció en un trágico accidente aéreo en 1957.
Sus inicios en la música y actuación
Mazatlán, Sinaloa, vio nacer a Pedro Infante Cruz, el 18 de noviembre de 1917, una de las figuras más importantes y emblemáticas en la historia del cine mexicano. Su paso por el mundo de la música y la actuación comenzó en 1938, en la Ciudad de México, cuando inició a cantar en la estación de radio XEB, y más tarde el sello discográfico Peerless lo eligió para realizar varias grabaciones.
Pero no fue hasta 1939, cuando Infante debutó en el cine con apenas apenas 22 años de edad. Su participación fue como un extra en la película “En un burro tres baturros”. No obstante, a partir de ello, sus participaciones en el cine cada vez fueron más constantes y más importantes, por su carácter alegre, su picardía e intensidad para actuar.
Recordado como el “El ídolo de México”, Pedro Infante se ganó el aprecio y admiración de la gente por su talento en la música y en la actuación, incluso a su paso robaba suspiros a miles de mujeres.
Películas más memorables
Sin duda alguna Pedro Infante rápidamente se ganó el corazón del pueblo mexicano, por lo que llegó a contar con 61 participaciones en diferentes películas, las cuales le otorgaron el título de uno de los actores tricolores más reconocidos.
En la carrera del ídolo de los mexicanos destacan varios filmes entrañables de la llamada época del oro del cine mexicano tales como “Los tres García”, “¿Qué te ha dado esa mujer?”, “Los tres huastecos”, “Dos tipos de cuidado” y “A toda máquina”.
Estas producciones fueron dirigidas por el director mexicano Ismael Rodríguez, con quien Pedro Infante formó una de las duplas cinematográficas más sólidas de aquellos tiempos.
No obstante las cintas que marcaron la carrera de Infante fue la trilogía las películas “Nosotros los pobres” y “Ustedes los ricos”, de 1948, y “Pepe el Toro”, de 1953, filmes en la que interpretó los icónicos temas “Amorcito Corazón” y “Ella” que se convirtieron en melodías que siguen en el corazón de generación en generación.
Por si fuera poco, su talento y admiración traspasó fronteras, ya que su actuación en Tizoc (1956), junto a María Félix, le valió un Oso de Plata en el Festival Internacional de Berlín como Mejor actor principal, así como un Globo de Oro por la Mejor película extranjera.
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El trágico accidente aéreo en el que murió el ídolo de México
La voz del oriundo de Mazatlán, Sinaloa, Pedro Infante se silenció el 15 de abril de 1957, realizando una de su mayores pasiones que era la aviación.
El accidente ocurrió en Mérida, Yucatán, cuando a los 10 minutos de despegar (entre las 7:30 y las 8 horas), la aeronave avión C-87 Liberator Express comenzó a perder altitud, por lo que cayó en el patio de una casa en la ciudad y, finalmente, explotó, por lo que los cuerpos de los tripulantes terminaron calcinados.
El cuerpo del actor pudo ser reconocido gracias a que llevaba una pulsera de oro y a la placa metálica que tenía en el cerebro, la cual obtuvo en otro accidente aéreo que había sufrido en años anteriores.
Los otros que fallecieron fueron Víctor Manuel Vidal Lorca, el piloto, Marciano Bautista, el mecánico y el actor que viajaba como copiloto. Además, por el desplome del avión una mujer que lavaba ropa y su hijo fueron otras víctimas de la tragedia.
Sus restos fueron velados y homenajeados entre música de mariachis en el Teatro de la Asociación Nacional de Actores, de aquella época, lugar del que salieron a su última morada en el Panteón Jardín, en el sur de la Ciudad de México.
A su velorio asistieron actores y actrices que participaron junto a él en sus películas, así como los que tenían relación amistosa con Infante, tales como Sara García, Dolores del Río y Emma Roldán, Mario Moreno “Cantinflas”, María Félix, Antonio Matouk , su representante, entre otros
Además, las crónicas de esos días cuentan que más de 300.000 personas acompañaron su funeral en el Panteón Jardín, entonces el más lujoso de la capital mexicana. El cortejo, también fue encabezado por 40 motociclistas de tránsito, con gran dificultad se abrió paso entre la multitud que hizo una respetuosa valla del teatro al camposanto.
AE
