En México hay muchos platillos típicos que se cocinan con camarón, como el famoso caldo de camarón que mientras más picoso mejor. Pero hay un ingrediente empleado que puede no ser bueno para la salud de nuestro hígado o riñones, la cabeza de camarón.
De acuerdo con un estudio publicado en la National Library of Medicine, en Estados Unidos, encontraron que el caparazón de los camarones, langostas y cangrejos, concentran una gran cantidad de metales pesados como cobre, plomo, arsénico, mercurio y hierro.
En otro estudio realizado por la Cummnings School of Veterunary Medicina at Tufts University retomando la investigación de la Fundación para la Conservación de la Biodiversidad Acuática y Terrestre de Ecuador (FUCOBI), se detectó que los niveles de contaminación eran más altos en la cabeza de este crustáceo que en el resto del cuerpo.
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“Algunas de estas sustancias, como el cadmio, se ha documentado que tienen efectos adversos de los destructores endocrinos y en los receptores de estrógenos, andrógenos y tiroides”, indica la investigación.
El cadmio puede tener varios efectos en la salud, como, daños graves en los pulmones, si se ingiere por años puede causar daños renales, irritación de estómago con diarrea y vómito, aumento de fragilidad en los huesos y algunas investigaciones lo asocian con el cáncer de pulmón.
Esto no significa que el camarón sea malo, al contrario, son una gran fuente de vitamina A y E, así como potasio y magnesio.
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El problema está en la contaminación de nuestro medio acuático que está terminando con la cadena alimentaria y dañando nuestra salud. Por eso, es importante tener conciencia de lo que arrojamos al agua y preservar nuestros mares.
Si te sientes mal después de comer cabezas de camarón acude de inmediato al médico.
AAM
