Una de las claves para mejorar tu sexualidad es explorar opciones, sin embargo, cuando somos jóvenes esto puede resultar un tanto complicado, hasta los roces de piel que estimulan partes de nuestro cuerpo que nunca imaginamos. Tal es el caso de los famosos “fajes”.
Para un buen faje se deben incluir besos, caricias y apapachos, que se deben realizar mutuamente en pareja para incrementar la excitación sexual.
Tips para un buen faje
- Besa: Desde los besos vuélvete un ‘as’ de la pasión. Te proponemos uno: se trata de que seas sensual y sexual a la vez, así estén solitos en tu recámara o semiescondidos en un salón u oficina, bésalo en etapas largas, alternando con y sin lengua. Imagina que su boca es el fruto más delicioso que hayas probado, así que primero chupa nada más no succiones con fuerza sus labios, primero uno y luego el otro. Una vez que la lengua entra en juego, no te olvides de las comisuras, tienen muchas terminaciones nerviosas lo que pone a temblar hasta al más frío. De vez en vez, sólo toca los labios con la punta de tu lengua, sin meterla en su boca.
- Acaricia: Las caricias pueden ser suaves, pero nunca inocentes. ¿Por dónde comenzar? Los brazos son una buena opción, sólo hazlo con las puntas de los dedos, poco a poco puedes «invadir” zonas que no están a la vista o seguir sobre la ropa.
Te puedes quedar en la zona superior del cuerpo o ¿qué te parecería ir más allá, introduciendo tus manos en las bolsas de sus jeans?
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- Roza: Compra una mascada o un pedazo de tela suave, tipo seda. Pídele a tu novio que se quite su playera o la camisa, se recueste y cierre los ojos. Sólo consistirá en pasarle el pedazo de tela por todo el pecho o la espalda, no te olvides de los brazos, sobre todo, la parte interna es muy sensible, aprovéchenla. Si quieres probar la delicia de estas caricias textiles, pero no quieres desnudarte totalmente, puedes solamente sugerirle que paseé el pañuelo por donde haya piel.
- Imagina: Pon a volar su imaginación, prueba mostrándole imágenes eróticas, lo suficientemente atrevidas como para calentarle las ideas. No le adelantes nada, sólo dile que viste algo interesante y quieres enseñárselo. Una vez con la vista puesta en ellas, has comentarios sobre los sensuales que se ven ellos o ellas, según el caso. Definitivamente, las palabras y la mente pueden ser un arma poderosa en todo el asunto del cachondeo.
- Masajea: Si el asunto ya avanzó a tal grado que están desnudos, pero completamente convencidos que no habrá coito. El masaje es una excelente idea para liberar esa energía sexual. Con un poco de aceite en las palmas de tus manos, recorre su cuerpo con suaves caricias. Utiliza tanto las palmas de las manos como los dedos, pero deslízalos suavemente, sin prisa. Inicia desde el cuello, sigue con los hombros, recorre los brazos, la espalda, las piernas y puedes bajar hasta en los pies. Luego puedes regresar por donde llegaste. Un poco de música sensual les ayudaría a relajarse. Luego, te toca tu dosis a ti.
- Lame: Tu lengua puede ser una poderosa arma de seducción, al lamer apenas con la punta el contorno de sus orejas, su cuello, sus párpados o sus pezones estarás tocando importantes interruptores sensuales. Es más, si el chico anda ‘papando moscas’, y la que quiere ir adelantando terreno eres tú, estas pueden ser las señales que lo enteren de tus intenciones.
Acerca el fuego a la mecha. Y si ya en confianza a ti se te antojan unos lengüetazos, sugiere a tu Romeo alguna de las áreas que te mencionamos arriba para que sean su campo de acción.
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LM