Lejos está de cumplirse la promesa presidencial de llevar al Gas LP a las zonas más pobres del país, hoy el precio que alcanza este energético está tocando fibras sensibles en toda la sociedad mexicana en todos lados y lo que parecía imposible está ocurriendo: las clases altas, los de mejores ingresos, esas familias que tienen casas y ranchos de fin de semana en uno de los puntos turísticos más reconocidos del país ya se quejan: Valle de Bravo y Avándaro, en el Estado de México, se fueron quedando sin combustible durante mayo.
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La razón es simple, las únicas dos distribuidoras cuyas plantas venden Gas LP en esas localidades no han trabajado en las últimas dos a tres semanas, pues por una parte la regulación de precios máximos -que sin atribuciones legales expidió la Comisión Reguladora de Energía en agostos del 2021- de plano eliminó el margen de ganancia con la que operaban las empresas que hoy se encuentran al borde de la quiebra.
Y por otro lado, además de operar amarrados por la CRE, hoy estas dos compañías sufren el asedio del crimen organizado por el cobro de piso que busca adueñarse de las paupérrimas ganancias de las dos gaseras lo que hace inviable el negocio.
El resultado se traduce en un desabasto general de Gas LP que convierte a ese Pueblo Mágico en un Pueblo Fantasma, donde hoteles, tortillerías, restaurantes no tienen con que operar.
Nos dicen que, en el escritorio del director de Pemex, de Octavio Romero, se prepara una estrategia de largo plazo para surtir y llenar los cilindros y tanques estacionarios con el cada vez más preciado energético: llevar Gas Bienestar como se hace en zonas de conflicto, acompañados de Guardia Nacional, la Marina o de plano tener al ejército como apoyo.
En el corto plazo las dos gaseras implementaron un operativo de emergencia para atender la demanda, pero no es una medida que se pueda sostener a largo plazo, las extorsiones van a regresar en muy poco tiempo.
La verdad es que este proyecto requiere mucha suerte pues falta aún conocer la respuesta de los malosos que se mueven al sur del Estado.
Buzos.
1.- En Pemex dicen que el STPRM, que encabeza Ricardo Aldana, lleva tiempo pidiendo a sus agremiados se nieguen a recibir uniformes (ropa, calzado y equipo de protección personal) para decir que no está cumpliendo con el Contrato Colectivo de Trabajo. Dicen que la entrega de uniformes comenzó desde finales del años pasado en los centros de trabajo de todas las áreas de Pemex, pero ha avanzado a cuentagotas no por la administración sino por la negativa de algunos empleados de recibir los insumos; la meta que tienen es acabar en agosto. El Sindicato Petrolero sigue pegando a la petrolera con paros y protestas ante la negativa de perder el control sobre nuevas plazas laborales, entre otros desacuerdos.
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2.-En esta columna le adelantamos que como regalo de día de las madres Pemex buscaría pagar a sus contratistas con un bono global. El monto de la deuda que se calcula es de unos 13 mil millones de dólares al primer trimestre del año por lo que el bono propuesto de 2 mil millones cubre apenas 15% del total. El apoyo está dirigido claramente dirigido a pequeñas y medianas empresas con adeudos de hasta 5 millones de dólares que en la industria petrolera son para pequeñas y medianas empresas.
Twitter: @luiscarrujos
Vía: El Sol de México
JGR