La posibilidad de que el distraído director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, deje su puesto en el corto plazo aceleró y redefinió los planes que se tienen para los proyectos prioritarios de la petrolera: de entrada, se acaba el enfoque de la rentabilidad de la exploración y la producción y se crece la idea de que es necesario tener una mayor producción industrial derivada de los hidrocarburos.
La refinería de Dos Bocas tiene en este momento una ventaja, nos dicen: al menos el 60% de los equipos están contratados por la empresa a precios muy por debajo de los actuales, porque se pidieron y negociaron antes de la crisis del actual precio del acero, que se disparó en un 40% en la pandemia por el cierre de minas y de recolección de chatarra.
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En el caso de Tula, al menos hasta esta semana, la mini reconfiguración que se tiene pensada desarrollar y que toma como base los proyectos iniciados en la administración anterior, va bien y cuenta con el apoyo del Consejo de Administración, pero ahora dependerá del financiamiento que consigan y que les vayan a dar entidades como Banobras, que, por cierto, está haciendo una revisión de los números presentados por Pemex para la refinería.
En las últimas dos semanas la oficina de la asesora del director general, Elvira Daniel Kabbaz, se ha llenado de pendientes de obvia y urgente resolución. Entre cuadrar las cifras, ordenar el gasto de la petrolera y revisar los avances de los proyectos se le va la vida a la asesora y a su equipo cercano.
Hasta la semana pasada las decisiones de apostar a la parte industrial de Pemex provenían de esa área que podía acordar directamente con la Oficina Presidencial; sin embargo, tras el nombramiento incómodo de Rogelio Ramírez de la O en la SHCP los filtros han aumentado.
Las reuniones que ha sostenido el equipo de Romero Oropeza con el próximo titular de la SHCP han terminado con varios NO sobre los proyectos presentados, porque no hay dinero y de hecho están buscando la manera de apoyar a la petrolera sin tener que aportar recursos directamente desde el erario, como lo han hecho hasta ahora. Para ello se podría sacrificar una parte de los impuestos y derechos que hoy se le cobran a Pemex.
Junto a menores pagos a la Tesorería de la nación, vendría un programa de mayor control del gasto en la empresa productiva del Estado, junto con metas de producción y una mayor productividad.
Buzos
1.-Se está moviendo el tema sindical en Pemex. El presidente los metió en un brete porque van a votar por vía electrónica y le quitó el control a Carlos Romero Deschamps y a la gente que dejó. Nos dicen que esto saldrá ya. Vamos a ver; al gobierno le urge tener nueva dirigencia y firmar un nuevo contrato colectivo. Si le sale, será una jugada maestra, hoy por lo menos es audaz.
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2.-Las noticias sobre la probable salida de Octavio Romero Oropeza de la dirección de Pemex puso en guardia a su equipo. Tanto su director de Finanzas, Alberto Velázquez, (el del Flow Cash) como el de Administración, Marcos Herrera, no es que hayan empezado a hacer maletas, pero sí a corregir errores, sobre todo a no dejar piezas sueltas.
3.- Pemex Exploración y Producción tiene autorizados proyectos que requerirán unos 6 mil 300 millones de dólares, pero lo que no tiene es dinero para realmente echarlos a andar.
Twitter: @luiscarrujos
JGR