Construir y mantener una cultura empresarial remota que responda al contexto global, es uno de los mayores retos para la organizaciones y líderes; se requiere de una gestión eficaz para transformarse, ya que al estar ausente el contacto humano, se presentan diversos desafíos, entre los principales: las herramientas tecnológicas y nuevos modelos de trabajo.
De acuerdo con Arturo Aguilar, director asociado y líder de la Práctica de Capital Humano de Advanced Management Consulting Group (AMCG), esta cultura remota se debe adecuar las circunstancias de la empresa, ya que son éstas las que determinan los ajustes en la organización y así puedan obtener beneficios para el negocio y equipo.
“Mandarte a tu casa no es generar una cultura. Crear empresas remotas es cambiar la cultura de la organización, y de nuevas condiciones y otra forma de pensar; es crear liderazgos y equipo remotos, entrenar a los líderes para que sean eficientes y eficaces, porque las circunstancias de cómo hacían las cosas antes de la pandemia era una y hoy es otra”, aseguró el experto en implementación de mejores prácticas en gestión directiva.
Aguilar consideró que la cultura remota se está convirtiendo en la segunda o tercera de mayor importancia dentro de las empresas; sin embargo, con ayuda de un aliado estratégico, agregó, cada una tendrá que detectar qué culturas y herramientas va a requerir para sus operaciones, como sucede con el trabajo a distancia.
“En la crisis por la pandemia se mandó a la gente a sus casas, sin herramientas, a la sociedad no le quedó más que hacerlo así, pero no es lo correcto”, afirmó.
Estrategias y aliados para el cambio cultural
El experto de AMCG señaló que, primero se debe hacer un diagnóstico en la organización para conocer si la cultura que tiene es la que quieren, pues con frecuencia caen en el error de creer que la que tienen es correcta.
“Si tu cultura organizacional genera buenos climas, pero no genera resultados, te equivocaste de cultura; no estás usando la adecuada. El 60 por ciento de nuestros clientes, creían tener la correcta, pero tras medir se dieron cuenta de que no la tenían. A veces los ejecutivos están viendo su historia y abajo, en la realidad, existen otras. Hay empresas que ya tienen algún diagnóstico, ya sea de clima organizacional o de cultura, y con esa métrica se detecta qué domina y qué es lo que debe de tener”, explicó.
Tras ese diagnóstico cultural, sigue la estrategia de cambio, en dónde se debe explicar a las personas a qué se debe el cambio y hacia dónde va dirigido.
“Todos los líderes tienen que entender los cambios. Se crea un equipo guía que tomará el control en cuestiones de change management, y que debe estar entrenado para entender las resistencias internas al cambio, así como las áreas en donde podría impactar en una forma positiva y quiénes son los aliados de esa transformación cultural”, dijo.
La siguiente fase es la de comunicación, donde se explica a las personas, y sobre todo a los líderes, qué es una cultura remota y cuáles son sus éxitos inmediatos, así como identificar los vicios y errores del management de liderazgo remoto, “como poner juntas a las ocho de la mañana para ver si la gente ya está lista”.
“Hay que entrenar a los líderes para que empiecen a tener conductas adecuadas al nuevo tipo de cultura. Ya que logramos comunicar, se deja madurar la nueva estrategia (que puede llevar dos o tres años) para volver a medir y ver si va por el camino adecuado”, detalló.
Nuevas tecnologías: al alcance de toda organización
Sobre los mitos que apuntan que implementar tecnología en este proceso puede resultar muy costoso para las organizaciones, Arturo Aguilar apuntó que existen tecnologías realmente económicas que se adecuan a todos los conceptos, y dependiendo de cada tipo de empresa, se recomienda el que se adecúe a su presupuesto.
“Hoy en día existen muchas tecnologías basadas en la nube que hacen del trabajo remoto algo tan eficiente y efectivo como el trabajo en una oficina. Hay tecnología de recursos humanos, sumamente económica; incluso existen herramientas de recursos humanos para establecer mediciones gratuitas. No hay pretexto para que las empresas pequeñas y medianas tengan alta tecnología en recursos humanos y en cultura remotas”, concluyó.
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LM