Miedo y estrés postraumático, entre los motivos que frena a las víctimas de abuso sexual para no denunciar

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Por Alondra Espinoza

En los últimos años, los colectivos y organizaciones feministas han luchado y alzado más la voz para concientizar y sensibilizar a la población sobre la creciente violencia de género e impunidad, así como el abrumador aumento en el número de feminicidios en México y por eso, rumbo al Día Internacional de la Mujer, el próximo 8 de marzo, es importante tocar varios temas sobre la violencia doméstica y abuso sexual a la mujer. 

Cuando se habla sobre el maltrato familiar o de pareja, feminicidios o abuso sexual, para muchos suele ser muy fácil señalar a las víctimas y cuestionar el por qué no denunciaron antes o porque no se salieron de esa relación; sin embargo, en la mayoría de los casos la respuesta siempre es la misma: miedo y estrés postrumático. 

¿Por qué las víctimas de abuso sexual y violencia doméstica no denuncian? 

La directora del área de acompañamiento de la organización La Casa Mandarina, Amy Lira, explicó en entrevista para Informe Confidencial que aquellas mujeres que han sido víctimas de maltrato, que han sido atemorizadas y dominadas por su abusador, no denuncian o buscan ayuda en la mayoría de las ocasiones es por miedo o vergüenza, pero señaló que algo que se ignora en este tema es el trastorno de estrés postraumático que viven las sobrevivientes de abuso sexual o de algún tipo de violencia física o psicólogica.

“Este trastorno de estrés postraumático se desarrolla a partir de eso, de un evento traumático que puede ser esas violencias (abuso sexual y maltrato), que empieza actuar en la psique, o sea en la psicología de la persona y en sus emociones dependiendo del tipo de eventos y también, dependiendo de quién es la persona que vivió estas circunstancias, es cómo va actuar el trauma”, señaló. 

En ese contexto, indicó que si bien el estrés postraumático no se manifiesta de la misma manera para todas las víctimas, un síntoma común suele ser “el bloquear los recuerdos para no tener que lidiar con ellos, por lo que el cerebro bloquea esa información de manera natural y es hasta después que puede ir recordando y no siempre es inmediato, puede tardar meses o incluso años en que tú recuerdes una violencia que hayas vivido”, por lo que es un motivo para no denunciar en su momento, debido a la confusión.

Detalló que esto puede detonarse con algunos recuerdos o flashback, pero que no son específicos, o se manifiestan en alteraciones de sueño en la supervivientes.También suele ser por cosas específicas, por algún ruido, con alguna película o lugar en el que se encuentre, por lo que suelen sobre reaccionar de manera natural y su cuerpo se pone en alerta como si volviera a estar en ese peligro inmediato.

Cuando se habla de violencia familiar o abuso sexual, muchos señalan a las víctimas y cuestionan el por qué no denunciaron a su agresor, pero la respuesta común es: miedo y estrés postraumático.

No saben que sufrieron abuso o maltrato porque la sociedad normaliza la violencia 

Parte de los motivos para no denunciar en su momento a su agresor o del por qué las víctimas siguen conviviendo con éste, es debido a que lamentablemente vivimos en una sociedad que tiene normalizada la violencia hacia la mujer, indicó Amy Lira, y que por lo mismo se insensibiliza los abusos sexuales o maltrato, provocando que las afectadas no puedan nombrarlo como violencia o lo vean como algo “normal”.

En ese sentido, señaló que hasta hace poco, por lo menos en los últimos 3 años, se ha comenzado a hablar para concientizar sobre las violaciones dentro del matrimonio o con la pareja, ya que aunque se entiende que las relaciones sexuales son consensuadas, en el caso de ser forzadas lo siguen viendo como algo normal,. 

“Era muy común que la idea de la sociedad era si tú estás con alguien de manera consensuada o tienes una relación afectiva con esa persona, significa que las relaciones sexuales que tengas con esa persona siempre van a ser consensuadas y eso no es real.

Hay muchísimas situaciones y circunstancias en donde se normaliza la violación. Dentro de las relaciones de pareja cuando el hombre cree que puede disponer del cuerpo de la otra persona a voluntad aunque no me dé consentimiento y por ese tipo de cuestiones es que se han realizado muchísimos abusos sexuales dentro del matrimonio y de las relaciones afectivas”, puntualizó.

Reconoció que por ese motivo muchas de las sobrevivientes no saben que vivieron un abuso, porque realmente desconocen “los términos del Código Penal en cuanto a los tipos de violencia familiar o de violencia sexual. Cuando les ponemos esas definiciones y empiezan a leerlas se dan cuenta de la cantidad de violencia que estuvieron permitiendo dentro de una relación, que “permitiendo” entre comillas porque puede ser que ellas no aceptaban eso, sino que sucedía y era algo de lo que nadie se podía enterar y jamás se hablaba”.

Cuando se habla de violencia familiar o abuso sexual, muchos señalan a las víctimas y cuestionan el por qué no denunciaron a su agresor, pero la respuesta común es: miedo y estrés postraumático.

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El 90% de los abusadores o agresores son cercanos 

Cuando se habla sobre violadores o agresores, Lira señala que solemos pensar que son personas desconocidas o que nos están esperando en un callejón oscuro para atacar, pero de acuerdo con las cifras el 90 por ciento de las personas abusadoras son del círculo inmediato de la víctima o sus propios familiares.

“Tenemos esa imagen de la persona agresora o del violador como el monstruo que no tiene nada que ver con mi círculo inmediato y con mi familia, no tenemos esta información real de que en realidad el 90% de las personas abusadoras, por ejemplo, en abuso sexual infantil, son personas de confianza, gente que está cercana a ti o familiares y esto pasa también en la violencia sexual en general, que la mayoría de los agresores son gente que está cercana a ti, es el 90% y sólo el 10% es por gente desconocida”, explicó. 

Además, asegura que las sobrevivientes no están preparadas para afrontar que la persona que está a lado de ellas puede estar agrediéndolas o se puede convertir en su agresor. Incluso enfatiza que en muchas de las ocasiones, el límite son los golpes, las violaciones, hasta el feminicidio, pero previamente los agresores ya las han manipulado psicológicamente, teniendo el control de sus acciones y decisiones. 

“Existe una manipulación psicológica y existe un estrés postraumático funcionando en la víctima y es para minimizar a la persona, humillarla, amenazarla, existe toda esta violencia psicológica en la que ya está condicionada la víctima”, dijo.

Cuando se habla de violencia familiar o abuso sexual, muchos señalan a las víctimas y cuestionan el por qué no denunciaron a su agresor, pero la respuesta común es: miedo y estrés postraumático.

¿Qué hace La Casa Mandarina y cómo ayudan a las víctimas?

De acuerdo con Amy Lira, La Casa Mandarina es una organización civil, independiente que colaboran con otras asociaciones y organizaciones, “no recibimos ningún apoyo gubernamental, somos totalmente independientes en ese sentido y estamos dedicados totalmente a erradicar la violencia sexual, el abuso sexual infantil y la violencia doméstica familiar y de pareja”.

Campos en los que trabajan 

Atención 

En esta área va enfocada siempre en la sanación del trauma, según el tipo de violencia pasaron o están pasando y “cuáles son las opciones que tienen para modificar esta situación o sanar”.

  • Atención terapéutica a niñxs, adolescentes y adultxs. 
  • Terapia individual, grupal, familiar y de pareja.
  • Psicoterapia.
  • Terapia corporal y terapias alternativas.
  • Intervención en crisis. 
  • Apoyo y contención a familiares y amigxs. 

Acompañamiento 

En este su función es “ofrecer un programa de acompañamiento integral en donde nuestra labor es escuchar a la sobrevivientes para poder orientarlas y canalizarlas en cuanto a qué tipo de violencia vivieron” y la ayuda va desde:  

  • Asesoría legal, psicológica y médica:
  • Individual a corto o largo plazo.
  • Terapia grupal.  
  • Apoyo telefónico.
  • Intervención en crisis.  
  • Acompañamiento legal, médico e institucional. 
  • Canalización a nuestra red de terapeutas especialistas en violencia sexual y doméstica.
Cuando se habla de violencia familiar o abuso sexual, muchos señalan a las víctimas y cuestionan el por qué no denunciaron a su agresor, pero la respuesta común es: miedo y estrés postraumático.

Cifras de violencia familiar se duplicaron durante la pandemia 

La pandemia por Covid-19 obligó a miles de personas a refugiarse en sus casas para evitar los contagios por este virus; sin embargo, también trajo consigo un aumento considerable de reportes por violencia familiar y de acuerdo con Amy Lira, directora del área de acompañamiento, en La Casa Mandarina los reportes telefónicos y por correo se duplicaron a un 50 por ciento, de mujeres por maltrato doméstico o de pareja.

“Se ha duplicado la cantidad de personas que nos buscan para recibir orientación de qué hacer. Lo que ha pasado durante la pandemia, es que nos han buscado, no solamente las personas que están viviendo el abuso, sino gente que se da cuenta, amigas o amigos o familiares que nos están diciendo como ‘oye me acabo de dar cuenta que la pareja de mi amiga está agrediéndola o la golpeó o le gritó”’, señaló. 

Detalló que en 2020 atendieron un total de 276 casos de violencia sexual y doméstica y en lo que va de este 2021 han atendido un total de 48 casos donde la mayor parte son de violencia de pareja, incluyendo violencia sexual dentro de la pareja.

Enfatizó que no es que la violencia doméstica no ocurriera antes, sino que con la pandemia lamentablemente, las víctimas están obligadas a convivir todos los días con sus agresores y “eso también las pone en una posición de vulnerabilidad mucho mayor”.

Cuando se habla de violencia familiar o abuso sexual, muchos señalan a las víctimas y cuestionan el por qué no denunciaron a su agresor, pero la respuesta común es: miedo y estrés postraumático.

¿Sufres de violencia familiar o abuso sexual? 

Por la pandemia, actualmente en La Casa Mandaría ofrecen apoyo y asesoría a las víctimas de abuso sexual o violencia doméstica, y familiares a través de su número telefónico o por correo electrónico.

Teléfono: 55-52-50-48-49

Correo electrónico: [email protected]

Página web: https://www.lacasamandarina.org/ 

Facebook: La Casa Mandarina AC

Twitter:  @LaCasaMandarina

Cuando se habla de violencia familiar o abuso sexual, muchos señalan a las víctimas y cuestionan el por qué no denunciaron a su agresor, pero la respuesta común es: miedo y estrés postraumático.

AE