Consciente de que el futuro de la industria de la construcción y el sector inmobiliario requieren de innovaciones, las empresas dedicadas a la edificación hoy apuestan por el uso de tecnologías emergentes y el desarrollo de la sostenibilidad para responder a la hipercompetitividad y exigencias de un mercado que ha sufrido una gran desaceleración en los últimos años.
Recientemente el sector privado ha mantenido una dinámica constante a través de la inversión en diversos proyectos alrededor de México, como los desarrollos habitacionales, las construcciones de usos mixtos o las llamadas ciudades verticales, todas alternativas para agrupar a las comunidades de alta densidad poblacional, que habitan en un área reducida, mediante la construcción de espacios optimizados.
El futuro de las edificaciones está orientado a tendencias como software de gestión de construcción, la impresión 3D industrial (o fabricación aditiva) o la metodología BIM (Building Information Modeling), sin dejar de lado las superestructuras con materiales de alta calidad y el enfoque de sustentabilidad para disminuir el impacto ambiental.
A medida que la inteligencia artificial toma más relevancia en los procesos de diseño y construcción, se podrán cubrir necesidades específicas de las población, orientadas a la protección, el bienestar y el progreso, con diseños acorde, recursos locales y uso de materiales alternativos tales como el bambú, el Hempcrete o el plástico —lo que se conoce como construcción low tech—.
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Por ejemplo, las impresoras 3D aplicada a construcción crecen en todo el mundo al ser herramientas que permiten rapidez, eficiencia y sobre todo sustentabilidad, ya que emplean menos materiales —como el concreto, y por ende menos cemento—, lo que reduce las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que genera la producción de los mismos.
Además de la enorme libertad creativa que permite, la fabricación aditiva trabaja con todo tipo, calidad y color de plástico, metal, cemento y demás materiales, produciendo objetos tridimensionales de abajo hacia arriba; esto permite adaptar los diseños sin que esto implique elevados costos adicionales, como sucede en los métodos de construcción tradicionales.
“En los últimos 30 años todo ha cambiado. Es una suerte vivir esta época de revoluciones y, por supuesto, la impresión 3D es una de ellas. Esto cambiará la forma en que todos los sectores trabajan y todas las compañías tendrán, de algún modo, que adaptarse”, consideró Luis Clemente, director para Oriente Medio de Impresión 3D de la compañía Acciona.
Por su rol predominante en la economía, afectada recientemente con la llegada de la pandemia de Covid-19, la industria constructora intenta atender las necesidades locales y personales de la población, con nuevos modelos de negocio adaptados a los constantes cambios globales, en términos económicos, ambientales y sociales.
La revolución de este tipo de herramientas en el campo de la construcción, además de minimizar la falta de vivienda con una producción más rápida, también busca proporcionar estructuras seguras y adecuadas para los habitantes de cada urbe.
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