Pensando que estos casos solo sucedían en México, una empresa estadunidense impuso una tarifa de cinco dólares mensuales a sus colaboradores a cambio de suscribirlos al “Club del agua”.
Así como lo leen, el jefe de oficina comunicó a sus empleados a través de un cartel pegado en el expedidor que el agua tendría un costo.
Precisó que para tener acceso exclusivo a la deliciosa agua primaveral de manantial traída de Polonia era necesario pagar.
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Para pertenecer al club es necesario comunicarse con las personas asignadas de la administración para que realicen la afiliación, así que realmente esto no se trata de una broma.
Afortunadamente los empleados lo tomaron con ironía y respondieron a tan mezquina acción con otras bromas como: “¿acaso esa agua cura el cáncer?”, “descubrimos que el dinero recaudado es gastado en el casino”, entre otras.
Si así es la actitud del jefe, ¿cómo estará el clima laboral? ¿Tu escuela o trabajo también cuenta con un tacaño extremo?
MGG
