La pandemia de Covid-19 ha afectado nuestras vidas en muchos aspectos y, con frecuencia, puede provocar emociones fuertes y momentos abrumadores en adultos y niños, por lo que es necesario que desarrollen mayor resiliencia, pues a medida que la pandemia siga su curso, se intensificará la demanda de programas y profesionales para contrarrestar estos efectos, señalan expertos.
Además, el aislamiento y el distanciamiento social puede provocar el aumento de la ansiedad, angustia y/o estrés en las personas, aunado a diversos sentimientos (temor, enojo, tristeza, preocupación, entumecimiento o frustración, por ejemplo); cambios en el apetito, niveles de energía, deseos e intereses; dificultad para dormir, concentrarse y tomar decisiones; malestares físicos (dolores de cabeza, dolores corporales o problemas estomacales, etc.) e incluso, desencadenar un mayor consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias.
De acuerdo con la Organización Mundial para la Salud (OMS), el SARS-CoV-2 ha perturbado o paralizado los servicios de salud mental esenciales del 93% de los países del mundo, en tanto que aumenta la demanda de atención de salud mental; algo alarmante si se considera que el virus puede traer consigo complicaciones neurológicas y mentales, como estados delirantes, agitación o accidentes cerebrovasculares.
“Una buena salud mental es absolutamente fundamental para la salud y el bienestar en general. La Covid-19 ha venido a interrumpir la atención prestada por los servicios de salud mental esenciales de todo el mundo justo cuando más se los necesitaba. Los dirigentes mundiales deben actuar con rapidez y determinación para invertir más en programas de salud mental que salven vidas, mientras dure la pandemia y con posterioridad a ella”, señala Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general del organismo.
Entre las alternativas saludables para sobrellevar la contingencia sanitaria provocada por el coronavirus, expertos en salud mental, como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (Centers for Disease Control and Prevention – CDC, recomiendan tomar descansos y, por periodos, dejar de leer o escuchar noticias sobre la pandemia; asimismo, desconectarse por un tiempo de la televisión, los celulares, la tabletas, las computadoras y, principalmente, de las redes sociales.
También es aconsejable cuidar el cuerpo con caminatas cortas, estiramiento y respiraciones profundas, acompañadas una alimentación balanceada y saludable, y de ejercicio regular, tomando siempre las medidas preventivas (uso de cubrebocas y careta, gel antibacterial y lavado de manos, entre otros).
Igualmente, respetando el distanciamiento social, es importante mantener la conexión a distancia con los seres queridos en línea, a través de correspondencia, por teléfono, mensajes o videollamadas, y mantenerse ocupado en actividades productivas y positivas que ayuden para relajarse y para practicar la tolerancia, solidaridad y respeto.
Si las personas presentan dificultades para sobrellevar el estrés, será necesario pedir ayuda experta y/o buscar atención médica. En México, por ejemplo, el Gobierno Federal, a través de la Secretaría de Salud, puso a disposición la Línea de la Vida (800 911 2000) para buscar consejos o apoyo para esta nueva Normalidad.
“El riesgo actual de padecer COVID-19, constituye una condición social sin precedentes que nos afecta a todas y todos. El momento actual nos demanda una forma de enfrentar y evaluar cómo nos sentimos”, indica la actual administración en el portal coronavirus.gob.mx.
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