¿Le habrán avisado al presidente López Obrador quienes son los ilustres gobernantes que antes que él recibieron la presea José Martí, -que le fue entregada en Cuba por el presidente de ese país-, Miguel Díaz Canel?
El perfil de quienes ya han recibido esta condecoración define el significado y valor que nosotros debemos darle a esta presea.
El mismo Díaz Canel definió que la “Orden se otorga a ciudadanos cubanos o extranjeros y jefes de estado o gobierno, por sus grandes hazañas en favor de la humanidad”.
Ante esta definición podríamos estar esperando nombres de personalidades que hubiesen hecho grandes aportaciones a la humanidad, en cualquier actividad de impacto colectivo.
Médicos que hubiesen dedicado su vida a luchar contra pandemias, o desarrollado labor humanitaria. Científicos de grandes aportaciones al mejoramiento de la salud, educadores famosos, -entre los que no podría faltar el cubano Aurelio Baldor-, el matemático nacido en La Habana y dedicado a la enseñanza, -autor del famoso libro de álgebra con el que muchas generaciones, -desde 1941-, aprendimos no sólo los principios básicos de álgebra, sino también aritmética y geometría, así como otras materias escolares.
Es extraño que no obstante haber sido maestro de Fidel Castro, fue despojado de su propia escuela, de su casa,
y obligado a exiliarse en Estados Unidos poco después del triunfo de la revolución cubana.
En el caso de jefes de estado hubiésemos estado esperando ver los nombres de estadistas que se hayan destacado por trabajar a favor de la paz mundial. En contraste, la larga lista incluye no sólo a dictadores, sino también a genocidas.
La han recibido el presidente ruso Vladimir Putin, invasor de Ucrania y con más de diez años en el cargo y sin fecha de relevo, así como Nicolae Ceausescu, quien gobernó Rumania durante quince años con un estilo represivo, hasta que fue depuesto, juzgado por genocidio y condenado a muerte en 1989; los dictadores latinoamericanos Nicolás Maduro y Evo Morales; el genocida Saddam Hussein, -quien gobernó Irak durante 24 años hasta que fue destituido por el pueblo y ahorcado-; el dictador venezolano Hugo Chávez; así como Kim Il Sung, -el dictador que gobernó Corea del Norte durante 46 años creando un régimen de terror y dejó a su hijo Kim Jong un en el poder-; Robert Mugabe, -quien gobernó Zimbabue durante 30 años hasta que fue destituido por un golpe de estado-; Leonid Breshnev, quien gobernó la Unión Soviética reprimiendo libertades básicas durante 18 años; el presidente de
Bielorusia, -Aleksandr Lukashenko-, quien desde hace casi 28 años, -y hasta hoy-, gobierna a ese país.
Es una larga lista compuesta por 24 jefes de estado, -enemigos de la democracia-, excepto Nelson Mandela y Felipe González, que también la recibieron.
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Nelson Mandela fue un héroe para su país. Gobernó Sudáfrica y obtuvo el Premio Nóbel de la Paz. A su vez, el presidente español Felipe González impulsó la integración de España a la Comunidad Europea y sentó las bases de un desarrollo sostenido. Sin embargo, todos los demás miembros del salón de la fama y la ignominia han sido dictadores de triste memoria y enemigos de la democracia.
Luego de la condecoración otorgada, vendrá la factura que deberá pagar México.
Por lo pronto, el presidente López Obrador se convirtió en el protector de tres de las peores dictaduras de Latinoamérica: Cuba, Venezuela y Nicaragua y amenazó al gobierno norteamericano de que si estos tres países no son invitados a participar en la Cumbre de las Américas, -que organiza el gobierno de Estados Unidos en Los Ángeles, California-, él no asistirá y enviará a un representante.
Evidentemente el gobierno norteamericano no se dejará intimidar por esta provocación y podremos prever un distanciamiento con el más importante socio comercial con el que cuenta México, lo cual tendrá repercusiones financieras para nuestro país.
También el presidente López Obrador se comprometió con su homólogo Díaz Canel a contratar 500 médicos cubanos.
¿En México no tenemos 500 médicos que puedan ser contratados por el gobierno federal?
¿Necesitamos importar médicos de Cuba?
Integrantes de Federaciones, Asociaciones y Colegios Médicos de México ya manifestaron su repudio a esta medida discriminatoria, que niega 500 plazas a un gran número de médicos mexicanos que hoy se encuentran desempleados.
Durante el periodo crítico del Covid el gobierno federal ya contrató médicos cubanos que pasaron desapercibidos, no obstante, los altos salarios que se pagaron no fueron para ellos, pues quien cobró directamente fue el gobierno cubano, utilizando un grave modelo de explotación laboral.
El envío de médicos cubanos a cualquier parte del mundo no es una acción humanitaria, sino un negocio del gobierno cubano, convertido en “casa de contratación” para exportar mano de obra calificada a los países amigos. A los médicos les pagan sólo el 20% de los honorarios cobrados y el resto es para el gobierno.
La ONU ya ha catalogado a esta práctica gubernamental cubana denominada “misiones internacionalistas”, como “trabajo forzoso” al que se somete a profesionistas de varios ámbitos de actividad profesional, como son médicos, ingenieros, artistas y otros perfiles más.
Es evidente que el presidente López Obrador, -igual que hace poco más de cincuenta años lo hiciera el presidente Luís Echeverría-, pretende asumir de modo personal el liderazgo de Latinoamérica. Sin embargo, esto representa una fuerte inversión económica y una apuesta política peligrosa en el contexto actual, pues defender a las eternas dictaduras latinoamericanas como son la cubana, venezolana y nicaragüense presupone una grave incongruencia ideológica proviniendo de un presidente que continuamente se cataloga a sí mismo como demócrata. ¿Cómo defender lo indefendible?
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Significa convertir al Estado Mexicano en cómplice de gobiernos antidemócratas que manipulan elecciones para mantenerse en el poder ejerciendo un gobierno autoritario.
Además, este proyecto presidencial presupone asumir el compromiso de financiar proyectos sociales más allá de nuestras fronteras, con dinero recaudado en México pero que se gasta en otros territorios, cuando México es un país de grandes necesidades para un importante sector de población vulnerable.
Además, un conflicto de más de sesenta años entre Cuba y Estados Unidos, -de gran significado para cada uno de estos países-, no se va a resolver gracias a los sabios oficios diplomáticos de nuestro presidente. Posturas ideológicas arraigadas que originan diferencias que deben resolver directamente Cuba y Estados Unidos.
Graves son los problemas internos que afectan la seguridad de los mexicanos, -entre otros asuntos-, que requieren la atención integral de nuestro presidente.
EL PETATE DEL MUERTO
Este gobierno ya se ha acostumbrado a intimidar a la gente e instituciones incómodas con la demanda penal en temas que son del ámbito civil.
La jefa de gobierno de la Ciudad de México ya amenazó a la empresa noruega DNV, a la que le contrató una auditoría a la obra de la Línea 12 del Metro, con una demanda penal simplemente porque en su diagnóstico estos expertos acusan falta de mantenimiento como una de las causas del accidente.
¿A usted qué le parece?
Twitter: @homsricardo
JGR