Los estudiantes mexicanos podrían tener entre 1.77 y 2.37 años menos de nivel educativo que sus padres, como consecuencia de la pandemia por Covid-19 y los cambios que tuvo que sufrir el sistema educativo, advirtió el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
A través del estudio “La educación ante la pandemia de covid-19. Vulnerabilidades, amenazas y riesgos en las entidades federativas de México”, la organización construyó mapas de vulnerabilidades educativas, amenaza de disrupción de la actividad enseñanza-aprendizaje y posible transmisión intergeneracional de las desventajas educativas.
Por lo general la educación, el nivel educativo de los hijos está relacionado directamente con el de los padres, si tienen una educación baja los padres la de los hijos crece lentamente, con la pandemia esto se fue para abajo ese 25% a 33% de reducción fue lo que se perdió, que se pudo haber avanzado en la educación de los hijos”, dijo Mariana Becerra, investigadora del CEEY.
En entrevista con el diario Excélsior, indicó que San Luis Potosí, Zacatecas, Querétaro, Hidalgo, Jalisco y Chihuahua son las entidades que más podrían reducir su movilidad educativa dada la combinación de riesgos derivados de la pandemia y la desigualdad de oportunidades provenientes de las condiciones educativas de origen.
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El rezago educativo, de acuerdo al estudio, obedece a una serie de variables de vulnerabilidades personales y del sistema educativo, así como a la amenaza de la Covid-19 reflejada en el número de contagios y fallecimientos por cada 100 mil habitantes.
Enlistan también los motivos asociados a Covid para no inscribirse al ciclo escolar 2020-2021: considerar poco funcionales las clases a distancia (26.6%), el desempleo de alguno de los padres o tutores (25.3%) o carecer de algún dispositivo para conectarse a Internet (21.9%).
El primero de los índices definidos es el de la vulnerabilidad educativa, tomando en cuenta las vulnerabilidades personales como el porcentaje de viviendas sin televisión (9.5%), sin computadora (63.3%), sin Internet (49.2%), el porcentaje de población en viviendas con madre soltera como jefa de familia (15.5%), las líneas de Internet por cada 100 habitantes (71) y el porcentaje de viviendas en hacinamiento (6.8%).
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En este sentido buena parte de la región sur-sureste, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla, tienen las condiciones más adversas para la educación a distancia, por el contrario la Ciudad de México, Nuevo León, Sonora, Aguascalientes y Baja California tienen condiciones relativamente mejores.
Al poner en foco las vulnerabilidades del sistema educativo, como la tasa neta de matriculación (79%), la tasa de abandono escolar (5%), la tasa de absorción (92%), la relación de alumnos por maestro (17) y el gasto público por cada estudiante ($21,291); Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Veracruz y Guerrero, están señalados con una situación adversa extrema.
El estudio, que se concluyó antes del regreso a clases presenciales en la mayoría del país, advierte que el reinicio debe tomar en cuenta las diferentes condiciones regionales y que estados como Campeche era uno de los 10 con menos indicadores de riesgo educativo y de desigualdad de oportunidades debió priorizarse con otros parámetros, como los que propone el CEEY.