A pesar de que México en general se encuentra en una situación complicada por el Covid-19 en Tulum las fiestas masivas continúan como de costumbre y parece que ahí el virus no existe.
A pesar de que algunos restaurantes de la zona intentan seguir las medidas de seguridad para evitar los contagios por el virus, los turistas ignoran la sana distancia y evitan el uso de cubrebocas.
Quintana Roo cuenta con un semáforo amarillo lo cual permite que establecimientos esten abiertos y cierren a una considerable de la noche, sin embargo muchos de estos arman fiestas hasta el amanecer.
Durante los últimos días circuló un video en redes sociales, en donde asistentes de un club de playa ubicado en el kilómetro 10 de la carretera Cancún-Tulum, grabaron la fiesta en la hay muchas personas juntas sin ninguna medida de protección.
Jungle Parties también fue parte de estos eventos, pues a través de la red social de Instagram, los visitantes permanecieron en la fiesta hasta las siete de la mañana.
“Es como si el Covid no existiera en Tulum”, dice Gerardo Ávila, un empresario hotelero y restaurantero que lleva 15 años trabajando en este municipio de la zona norte de Quintana Roo.
“No hay que ser un gran investigador, ni detective, para ver que las fiestas son a diario -añade enojado-. Solo hay que entrar a Instagram, o darse un paseo rápido por los clubes de playa, para ver que aquí todo el mundo hace fiestas como si la pandemia jamás hubiera existido”, agregó.
Sin embargo, aunque los flyers digitales con invitaciones a más fiestas continúan corriendo por grupos de Whatsapp, las cifras de la Secretaría de Salud federal muestran lo que ya medio mundo sabe: que el virus no entiende de oasis ni de paraísos, y que es implacable allá por donde pasa.
El 7 de enero, el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, se puso delante de las cámaras de televisión para lanzar una advertencia a los ciudadanos de su entidad, donde suman 2 mil 071 muertes por el virus y 16 mil 265 casos positivos.
De seguir así el ritmo de contagios -planteó el mandatario, destinos turísticos de la importancia de Tulum, Playa del Carmen, Cozumel, Cancún, o Isla Mujeres, pueden pasar en los próximos días del semáforo amarillo al naranja.
“Está creciendo el número de contagios y de defunciones por Covid. Así que el mensaje es muy claro: quédate en casa, especialmente si vives en la zona norte de Quintana Roo”, subrayó el gobernador, para a continuación explicar que mientras en la zona sur las hospitalizaciones bajaron por debajo del 20%, en la zona norte subieron hasta el 24%. De ahí que exista, insistió, el riesgo de pasar al semáforo naranja; el último escalón previo al fatídico rojo.
Pasar de un color a otro no es cosa menor: los hoteles y restaurantes, piezas fundamentales de un sector turístico que abarca el 87% de la economía de Quintana Roo y que genera más de 450 mil empleos, tendrían que reducir su aforo de visitantes de un 60% al 30%. Lo cual, en términos reales, se traduciría en automático en la cancelación de miles de reservaciones, y en (más) pérdidas millonarias que, a su vez, podrían incrementarse en caso de semáforo rojo.
A eso precisamente, al cambio de color del semáforo, es a lo que le teme el empesario Gerardo Ávila.
“Si vivimos del turismo, tenemos que cuidar del turismo -plantea en entrevista-. Pero la verdad es que no lo estamos haciendo. Y eso, el día de mañana, cuando no haya camas suficientes y todo esté desbordado, nos va a regresar al semáforo rojo, que es el cierre total de la economía. Y ahí vamos a perder todos”.
Además, el empresario añade que, al margen de los colores del semáforo, las fiestas ya están ocasionando un daño a la imagen del destino turístico, como uno de los pocos lugares en el Planeta donde las fiestas no se detienen a pesar de una pandemia mundial.
“Como empresario, claro que me conviene que haya fiestas y que venga gente. Pero no estoy de acuerdo en cómo se está haciendo. Ya hay un montón de noticias circulando por medios nacionales e internacionales diciendo que en Tulum no hay respeto a las medidas contra el Covid y que aquí se hacen festivales que son eventos ‘súper contagiadores’. Y eso, a corto-mediano plazo, también nos va a perjudicar a todos”, puntualizó.
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JVR