Dora y Bonifacio, dos abuelitos de más de 60 años, sobreviven con la venta de bolsitas de nopales y la recolección de PET en el municipio veracruzano de Angel R. Cabada.
En este municipio también habita Don Goyo, quien a sus 94 años tenía que trabajar cortando caña para mantenerse.
Te podría interesar: ¿Vacunarán a los adultos mayores en situación de calle contra Covid-19?
Las historias se entrelazan. El destino es tejido por Karla Patricia Obil Mayoral, quien compartió con esta pareja algo del apoyo que llegó de más para Don Goyo: huevo, leche, aceite, arroz y atún.
Teodora Clara Fernández, de 61 años, y Bonifacio Sandoval Apolinar, de 67 años, habitan en una choza, con techo de lámina, así como paredes de trozos de madera y pedazos de lámina.
En ese espacio ubicado en Angel R. Cabada hay una nopalera, de ahí Dora corta los nopales que sale a vender por 10 pesos en bolsitas.
En esa choza que parece que se va a caer, Bonifacio cuenta que sufrió un accidente y que desde hace tres años está imposibilitado para trabajar. Fue en los cañales; un mal día y Don Boni se quebró el brazo izquierdo, se fracturó el hombro y se lesionó tres costillas.
Pero para ellos no hay mal día. Del rostro de Dora no se borra esa sonrisa contagiosa; en don Bonifacio hay esperanza de que vendrán tiempos mejores.
Abuelitos abandonados
La pareja de abuelitos tuvo cinco hijos. Tres fallecieron cuando todavía eran niños; un hijo, el que les enviaba dinero, murió en Cancún. Les dijeron que se cayó de una casa de dos pisos. Y su única hija vive en Minatitlán, Veracruz, quien dice que debido a otras obligaciones y sus hijos, se ve imposibilitada de apoyarlos.
Estos abuelitos viven al día. Dora lava ropa o limpia casas para ir sacando para las tortillas.
Karla Patricia, quien el día que los visitó, sólo tenía tres huevos, dos bolillos duros, un recipiente vacío y un frasco de mayonesa lleno de agua.
Te podría interesar: ¿Cuánto recibirán de pensión los adultos mayores en 2024?
La estudiante de la Universidad del Golfo de México Norte Campus San Andrés Tuxtla, solicitó ayuda para Dora y don Bonifacio.
“Te invito a sumarte. Regala esos pares de zapatos que ya no utilices, aquella ropa que ya no te queda y que jamás volverás a ponerte. Seguiré recogiendo ropa y víveres en casa de mi mamá, enfrente de la escuela Miguel Alemán, mi amiga Dora es número 4 de zapatos y don Bonito del numero 7”.
Además abrió una cuenta bancaria para que los abuelitos reciban donativos.
JGR