La decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de no promover una reforma fiscal para 2021 es válida, pero deberá acompañarse por reorientación del gasto a actividades realmente productivas, dar facilidades administrativas, incentivos a las empresas y reducción en la tramitología, consideraron diputados de oposición.
Este viernes, el jefe del Ejecutivo Federal descartó una reforma fiscal pues a su juicio resulta innecesario generar recursos adicionales vía impuestos, postura a la que se sumó el Partido Acción Nacional (PAN).
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“En esa parte creo que estoy de acuerdo con el presidente”, estableció la diputada panista Patricia Terrazas Baca, presidenta de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.
“Si le temo a una reforma fiscal en este momento de recesión, la realidad es que pudiera generar incertidumbre”, explicó.
“No debe haber impuestos nuevos ni incrementarlos, pero si se tendría que revisar el otorgamiento de incentivos económicos para la pequeña y mediana empresa”, dijo.
“La idea no es aumentar pero si dar facilidades administrativas, incentivos y reducir algo de tramitología”, estableció.
Para Fernando Galindo Favela, diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), si el Ejecutivo no propone una reforma hacendaria esa es una postura válida si hay otras acciones para lograr un equilibrio entre las necesidades de gasto y los ingresos con que cuenta.
“Y ese es el equilibrio que hay que buscar, y se ve complicado dada la situación de los últimos tres ejercicios fiscales” en los que se ha dispuesto de ahorros históricos destinados para cuando no se alcanzarán los ingresos estimados o que estaban en fondos específicos como los de fondo de desastres naturales.
“Estamos utilizando recursos extraordinarios para programas recurrentes y eso no le da sostenibilidad a las finanzas públicas de largo plazo”, alertó.
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Por eso opinó que si no hay reforma fiscal lo que debería hacerse es reorientar el gasto, pues el Ejecutivo vía la Secretaría de Hacienda ha usado recursos que se habían ahorrado en los últimos años como el fondo de estabilización de los ingresos presupuestario y fideicomisos, y ha ajustado a la baja programas sociales como comedores comunitarios, prospera, recursos a carreteras, drenaje y agua.
Favela Galindo, exsubsecretario de Hacienda e integrante del Grupo de Trabajo para la Transición Hacendaria creado por la Cámara de Diputados para proponer una reforma fiscal para 2022, también llamó la atención a que ha crecido el endeudamiento en 10% del Producto Interno Bruto (PIB).
Por eso si no hay reforma hacendaria y la manera de hacer frente a la necesidad de recursos es mayor austeridad tendrá que revisarse la propuesta en el paquete económico.
“Lo que no debe pasar es que en nombre de la austeridad no se realicen políticas públicas que requiere la ciudadanía, por ejemplo para agua potable y drenaje. Han bajado alrededor de 60% los recursos a estos rubros, por lo cual en unos meses o años vamos a sufrir el problema de no haber invertido los recursos necesarios”, lamentó.
JGR