Corría el año de 1938, cuando el dictador italiano Benito Mussolini publicó el “Manifesto per la Difesa della Razza” que prohibía a los judíos acceder a carreras académicas y profesionales.
Ante ello, la neuróloga Rita Levi-Montalcini (1909 – 2012) tuvo que abandonar la universidad; ahí trabajaba como ayudante del histólogo Giuseppe Levi. Así es como improvisó un laboratorio en su casa.
Fue en ese espacio, y durante la Segunda Guerra Mundial, donde inició sus estudios sobre el sistema nervioso. Unos años después, llegó a la Universidad de St. Louis en Estados Unidos. Ahí fue donde descubrió la proteína NGF, que la llevó a obtener el Nobel de Medicina en 1986.
Rita Levi-Montalcini es una de las mujeres que aportaron a la ciencia, además de ser autora, junto a Giuseppina Tripodi, del libro ‘Las pioneras’ (Ed. Crítica) con lo que se presentan las biografías de mujeres científicas de todos los tiempos. Y aquí te presentamos a algunas de ellas.
Hipatia de Alejandría, la más famosa
Hipatia (370-415) es la mujer científica más famosa de la Antigüedad. Como docente de maestra de filosofía, astronomía y matemáticas, su casa fue un centro de cultura. Sin embargo, y por ser pagana, fue asesinada por monjes fanáticos y con ello, muchas de sus obras se perdieron.
También inventó modelos de astrolabios, planisferios e hidroscopios y, junto a su padre, dejó varios comentarios sobre los clásicos griegos que han pasado a la historia.
María Cunitz, la mujer que corrigió a Kepler
María Cunitz (1610-1664) fue la astrónoma más importante de su tiempo aunque criticada por no dedicarse al hogar. Su tratado ‘Urania propizia’ incluye sus cálculos de la posición de los planetas, que detectan los errores de Kepler en ‘Tabulae Rudolphinae’.
Su marido, un médico mayor que ella, siempre la apoyó y confirmó que sus obras eran autoría de Cunitz.
Margaret Cavendish, una escritora como pocas
Margaret Cavendish (1623-1673) fue conocida como ‘Maggie la Loca’; de origen aristocrático, fue dama de compañía de la reina Enriqueta María y para ganarse la vida es como empezó a escribir, cosa no muy común para esa época.
Así es como escribió 15 obras científicas y organizó en el Círculo de Newscastle, en su hogar, en el que se debatían temas científicos con filósofos de la talla de René Descartes.
Anna Maria Sibylla Merian, ilustradora de insectos
Anna Maria Sibylla Merian (1647-1717) fue pintora y entomóloga. Su curiosidad por la metamorfosis de los insectos la llevaron a dibujar ilustraciones, que son admiradas por coleccionistas de todo el mundo.
Mary Wortley Montagu, embajadora de las vacunas
Mary Wortley Montagu (1689-1762) decidió que lo que sería su vida, por lo que en 1716 huyó de un matrimonio concertado con un embajador de la corte turca.
Luego de que ella padeciera, a los 26 años, viruela, enfermedad que también causó la muerte de su hermano, es que fue impulsará de vacunar a los niños. Una muestra de ello, es que su hijo fue el primer inglés vacunado, y también convenció a los reyes de Inglaterra y a muchos de sus amigos para que hicieran lo mismo con sus hijos.
Su iniciativa se difundió alrededor del mundo y llegó a la corte de Versalles gracias a la aprobación del rey Luis XV y pese a la oposición de los académicos franceses de medicina.
Nicole-Reine Lepaute, mujer que calculó el paso del cometa Halley
Nicole-Reine Lepaute (1723-1788) fue una astrónoma que realizó cálculos muy exactos sobre las fechas en las que el cometa Halley pasa cerca de la órbita terrestre. También estimó la duración y las dimensiones de un eclipse solar que se presenció en Europa en 1764.
El cráter lunar Lepaute fue bautizado en su honor.
Marie Paulze Lavoisier, considerada madre de la química moderna
Marie Paulze Lavoisier (1776-1831) y su marido Antoine Laurent Lavoisier son considerados los padres de la química moderna. Contribuyeron a la ciencia con una teoría que que postula que la combustión y la oxidación se producen por la combinación química de las sustancias combustibles con el oxígeno.
Ello quedó reflejado en el ‘Tratado elemental de química’.
No se sabe muy bien en qué grado los postulados de los Lavoisier se deben a Marie Paulze, pero es muy probable que, muchos de los logros atribuidos a su marido fueran en realidad obra de ella.
Ellen Swallow Richards, una apasionada del medio ambiente
Ellen Swallow Richards (1842-1911) es considerada como una de las fundadoras de la ecología y la ingeniería ambiental. Ello porque diseñó un sistema de calefacción y ventilación no contaminante para su hogar.
También, creó en el prestigioso MIT, un laboratorio de ciencias exclusivo para mujeres y montó el primer laboratorio en el que se aplicaban tratamientos de purificación de aguas.
Williamina Paton Fleming, la catalogadora de estrellas
Williamina Paton Fleming (1857-1911) empezó a trabajar como gobernanta en la casa del profesor Edward Pickering, director del Observatorio de Harvard, tras ser abandonada por su marido.
Después, Pickering la contrató para que hiciera algunos cálculos y fue así como Williamina, sin contar con medios muy sofisticados, llegó a catalogar más de diez mil estrellas, que se encuentran compiladas en su obra ‘Draper catalogue of stellar spectra’.
En 1898, la Corporación Harvard la nombró directora del Laboratorio Fotográfico Astronómico.
Maria Montessori, revolucionaria de la educación
Maria Montessori (1870-1952) es famosa por su método educativo, pero pocos saben que estudió una carrera científica, e incluso fue la primera médica de la Italia unificada.
En Roma fundó un hogar para niños en el que empezó a aplicar su nuevo modelo de la escuela primaria, basada en métodos científicos. El método Montessori postula que se debe crear un entorno adecuado, de forma que los menores puedan desarrollar sus capacidades creativas.
Un dato extra: es la única mujer cuyo rostro ha aparecido estampado en un billete italiano.
Mileva Maric-Einstein, mujer a la sombra del genio
Mileva Maric-Einstein (1875-1940) tenía un talento especial para las matemáticas y ciencias naturales y por ello se cree que contribuyó a las obras de su marido Albert Einstein sobre la teoría de la relatividad.
Sin embargo, la misma Mileva se negó a firmar como autora o colaboradora en las publicaciones, y apenas existen documentos que permitan demostrar su aportación.
Chien-Shiung Wu, la mujer detrás del Proyecto Manhattan
Chien-Shiung Wu (1912-1997) logró como investigadora, uno de sus más importante logros: cuando trabajó en el Proyecto Manhattan. Este procedimiento se utiliza en la producción del isótopo del uranio que, por desgracia, es la materia prima de las armas nucleares.
Otra de sus aportaciones fue la prueba empírica que demostraba que el ‘principio de conservación de la paridad’ no siempre es válido a nivel subatómico. Sin embargo, el premio Nobel fue a parar solamente a sus dos hombres, que además eran sus compañeros, que formularon este comportamiento de forma teórica.
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